Sostener – Relatos y cuentos

¡BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS!

¿Cuántas veces hemos sentido que hemos olvidado todo cuanto hemos aprendido, y cuando nos lo han recordado, nuestro mundo ha dado un vuelco que nos ha echo sentir cómo si no fueramos dueños de nuestra vida? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Qué debería hacer? ¿Voy en la dirección correcta?

Todo esto, está muy bien, pero pensando en el papel del que escucha, podríamos otorgar una escucha sincera y activa. Una en la que no hagamos que la persona se quede con una sensación peor de la que ya que tiene. Y siguiendo con los consejos de navidad, -APUNTES PARA SOBREVIVIR A LAS FIESTAS NAVIDEÑAS- En cambio, te traigo un relato.

SOSTENER- RELATOS Y CUENTOS

• Quisiera que consideraras acudir este año al evento. – suspiró: – no te vendría nada mal socializar de vez en cuando… – hizo una pausa para dejarla reflexionar
• Creo que no entiendes que no me hace sentir nada bien, acudir a un lugar en el que tengo que fingir alegría, estar cómoda cuando no es así y sobre todo, comer cómo si fuéramos cerdos apunto de ser servidos para la gran cena… no me apetece. Punto. – puntualizó

A Clamen la hacía sentir devastada que su hija mayor, no quisiera participar en un acto tan afable para la familia, lleno de regocijo y tan lleno de amor incondicional.

6 MESES ANTES

Dina ya casi se ha acostumbrado a no estar con nadie, excepto por los momentos de bajón ocasionales, todo iba muy bien. Se había dedicado en cuerpo y alma a aquello que tanta dicha le había dado y le había sacado de aquel pozo sin fondo.

Sin proponérselo unos amigos de Jawir, su hermano, se congregaron para hacer de ese día en el que la usencia de la madre, le propiciaba esa libertad ansiada; casi cómo adolescentes, pidieron pizzas, se sirvieron cervezas, Aquarius y hasta mantuvieron una conversación muy animada.

Lendra era muy capaz, llena vida y muy positiva.

-Nena, piensa en ti. Dina, piensa que, si no lo haces tú, nadie más lo va a hacer. Además, eso de encerrarte todo el día a escribir, no es tan bueno para los escritores. Necesitas aire fresco… para que fluyan las ideas…

-Claro, así es cómo fluyen las ideas y la imaginación. – dejó caer, Jawir

Solía pensar que Dina que todo lo que sus amigos y hermano le decían era la sucesión de todo lo que había aprendido durante sus años en el sur. Por alguna razón, había dejado de lado, todo aquello que tanto le gustaba; como la fotografía, ir al cine sola, tomar café en una terraza desconocida de la Barcelona más medieval o ir a algún museo sin ninguna pretensión que otra que la de dedicarse a ella misma.

Aquellos consejos lejos de ser bálsamo para sus oídos se tornaron la idea de que no sabía cómo enderezar su vida. Y… ¡Claro que lo sabía! Sólo le hacía falta calma, un poco de egoísmo para dejar paso a sus emociones más profundas y a eso que tanto le hacía vibrar con la vida.

En aquel momento, todo su mundo se aceleró. Comenzó a sentir angustia, sensación de asco, su corazón se aceleraba con cada latido y el mareo se hacía creciente. Se encontraba en la sala de estar, en el sofá, cubierta con una manta que confería el calor de un invierno que iba y venía pese a que, no acaba de hacerse notar. Tuvo que ausentarse, e irse a su cubículo. Alli, el calor que se había instaurado en su pecho, la sensación de ahogo y los mareos, menguaron. Un torrente de lágrimas se sucedió mientras en su cabeza resonaba «NO PUEDES HACER AMISTADES».

CON «K» – historias con «K»

Apuntes:

Si vas a sostener el dolor de una persona, hay que evitar, aunque cueste, los consejos acerca de los ejemplos propios. Dejar espacio a la otra persona para que se exprese y sobretodo, no sentir incómodo, los silencios. Hablar de uno mismo, puede apabullar al doliente o la persona que sufre. Y al mismo tiempo, obligar a formar parte de procesos y festividades en las que una/o no se siente capaz de sostener ni llevar a cabo, es propiciar el malestar a otro nivel. No invalidar diciendo que otros lo están pasando peor o que eso no es nada a los típicos «no estés mal» o «alégrate no es para tanto». Un dolor o padecencia es tan lícito cómo una muerte. Permite el duelo. Recordemos a los animales cuando se encuentran mal, ellos se toman su tiempo de reposo y de estar mal. ¿Por qué no hacer lo mismo las personas?

HASTA AQUÍ LLEGA LA ENTRADA DE HOY DE HISTORIAS CON «K»