De locos… un rato

Te he observado mil veces, y te juro que no he sido capaz de sentir lo que en estos días siento. Me sobrecoge una sensación de añoraza, y las ganas de abrazarte, besarte y sobre todo, tenernos cerca el uno al otro…

Sin embargo, los emoticonos son besos y las llamadas un abrazo que más que acercar, me deja desazón de no poder oirte y sentirte cerca.

No se puede decir que no esté ocupada. El caso es que cuando estás aquí y veo tu rostro lleno de alegría me pregunto si no he estado errada todo este tiempo. Me coges de la mano, me abrazas, me piropeas y me preguntas acto seguido, como he pasado los días. Tu sonrisa es algo que se me ha quedado clavado, y es que una sonrisa, es el reflejo del alma, que me recorre la mía con tan solo un gesto y una caricia. Realmente me amas ¿Eh?

Si es que al final, los enfados tontos, las prisas, los desvelos por tonterias, los tenemos todos. Acogernos con los brazos extendidos, ofrecernos unas palabras con cariño, pasear uno al lado del otro o cogidos de las cinturas, bromear, y hasta hacernos cosquillas, a lo sumo chincharnos y quejarnos, ya por vicio, por supuesto. Este lunes vendrás, pero lo que no sabes es que, loca, loca estoy yo por ti, renovadamente.

Como una adolescente, como una niña que mira con curiosidad y algo vergonzosa, te espeta un beso y con algo de timidez, te atisba mientras miras la tele.

Enamorada, pero ya van algunos años más al carro y es que, creo que apesar del calvario que sufrimos valió la pena pasarme los días chichandote para que te quejes. Seguro, piensas en mi.

Historias con «K»

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