Buenas, Les dejo el relato de hoy, con la esperanza de que lo disfruten y puedan ver, en estas fechas, el lado más amable , el corazón y el recuerdo. Espero que no sea una punzada al corazón sino la alegría de seguir vivéndolo.
A paso lento…Detrás los días, los veranos, el otoño y hasta el sudor sufrido en los días que ahora nos parecen lejanos, hay un día donde los juegos comienzan. Da igual si se es adulto o niño, El frío invita a la manta, los televisivos a la conversación, y de tanto que dijimos que llegaría un año nuevo, volvemos la vista atrás por los senderos de la vida y las calles.
Seré del hervor que me despliegue la pasion candente de una ilusión en las hojas y los charcos que hoy inundan la ciudad, seré de ese frescor que empapa las mejillas ahuecando las manos en posición con acto de frotar y otro año más, volveremos a repetir «Qué frío hace» no se nos hará pesado. Tenemos los días en camino, los jubilosos días y la gente que son angeles en los desayunos, en la fotografía, en la palabra y en los «buenos días» y los hábitos. Son el aliento acompañado del café solo, con leche o de la infusión. La sonrisa aviva las ilusiones del hoy. Qué importará el mañana si hoy tengo un saludo tuyo mañanero.
El camino debió ser aparatoso, pues el calzado grande, hace que baile el zapato pero ella sale, y con jocosos movimientos, a sabiendas de las miras, a sabiendas de la incompresión, sonrie con los zapatos nuevos que le han regalado. ¿Qué importa cuando la luz baña las gotitas de cada vegetación, si el corazón bate y las pulsaciones incitan al pensamiento una idea? son emociones vividas que nadie puede arrebatarnos, los lugares , las señales de luz… atardeciendo, anocheciendo…
El sol intenta ocultarse y divisas los asientos. Pareciera que ya no estuvieran los años de antaño en el pensamiento, si una pena ha inundado las fechas del lugubre recuerdo de que ya no estás. Pero, a ti te gustaban estas fechas, comias turrón, bebías, jugabas con los niños y los niños te gastaban bromas, donde una familia se endulzó de tus sabidurias, hay una lágrima pero, no. Me niego a que sea solo un pensamiento unico. Eres presencia y por eso canto tus villancicos y las niñas siguen el compás, caminando por las calles del pueblo en el cortijo, contamos los chistes malos y emulamos tu semblante por que eras algo más que un recuerdo guardado. Eras vida. Así nos la tomamos , enumerandote , anectodando, relatando, fuiste padre, fuiste abuelo, pero lo sigues siendo.
Eres nuestra estrella, la sonrisa que nos acoge con las manos y el alma. Por que no quiero olvidar, y así, me siento un poco más cerca de ti, yo y todos. Y a paso lento, recuerdo el asiento, donde nos parabamos a ver las gentes, a ver y a conversar. Donde la Navidad, no es un dolor, es día más grande de nuestras vidas.
Historias con «K»
Genial remate Keren para un relato entrañable. Ese: «Donde la Navidad, no es un dolor, es el día más grande de nuestras vidas», es lo que yo llamo un final redondo y perfecto. Un gran abrazo y feliz Navidad Keren.
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Muchas gracias Miguel . Que pases una linda tarde.
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👌
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Muy bueno!
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¡Muchas gracias!
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