Erección| Historias con «K»

Despedía un olor frutal digno de ser recorrido y recordado. El enjambre de ideas, solo le hacían interrumpirse una y otra vez, para poner fin al deseo. Era difícil, en cambio, ella le gustaba mucho, así que haría lo que estuviera en su mano.

Solo oler su cabello a miel, ver sus labios rojos, y verla sonreír. Hacían de su cita, el más valioso de los placeres. En todo caso, si ella no la aceptaba, bastaría con que fuera feliz, con qué sonriera siempre, para él, o para vida. Esa era una idea que hacía tiempo había tomado cómo suya. Era difícil, mucho, complacer a aquella muchacha. Pero es que el escote de una de las citas, la minifalda de otras tantas, el cabello ondeando el mar, y las visitas a su casa con aquellas camisetas transparentes, solo le hacían imaginar; e imaginando tanto, una erección tenía que reprimir en más de una ocasión. Aunque… ¿Quién puede esconder algo tan evidente?

Finalmente, antes de cada cita, cogía una de las fotos que le había enviado, se masturbaba , y para cuando llegaba la cita… Estaba sereno, calmado y concentrado. ¿Quién puede concentrarse con toneladas de carne al aire?

Seis meses llegaban ya y nada. Ni novios ni amigos con privilegios. A este paso iba a estallar. Supuso un punto de inflexión. Porque había conocido, la parte sexy, pero también la parte más humana de ella: que era una mujer que lo tenía todo, inteligente y guapa.

Cuando decidió dar el paso para formalizar la relación…

– Quiero ver que esto no es algo pasajero.

– Si no me gustaras no estaría a tu lado, día sí, día también.

Y era cierto, ningún hombre habría aguantado tanto. ¿Cuanto más podía hacerlo?

El trabajo y las cenas de empresa fueron la mejor idea para concentrarse y dejar un poco de lado el deseo y amor. En una de esas cenas, se le declararon y como él no quería hacerla daño, le dio su número de teléfono.

El tropel de indirectas que ella le lanzaba, no le impidieron seguirle el juego. Es más, las conversaciones eran subidas de tono, con algun que otro desnudo por parte de ambos.

No sé había dado cuenta que la chica de la que tanto había puesto esperanza, no le hablaba ya. Por despecho o quizás por dignidad, decidió acostarse con la de la cena de empresa, tres meses después, eran pareja.

Publicado por historiasconk

Soy Blogger desde hace algunos años en: El Rincón de Keren y me vuelvo a reivindicar con este nuevo blog, más personal.

5 comentarios sobre “Erección| Historias con «K»

  1. Un chico demasiado lento y un relato muuu sensuá.
    Solo comentar que con la visión del escote, la minifalda, el cabello ondeando y las vistas de aquellas camisetas transparentes, no había lugar para la imaginación; le estaba mostrando toda un menú de presentación. ¿Dije lento? No, ciego. XD
    Bravo, Keren
    Un abrazo.

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