La calle de la concordia – Relato

Una luz cegadora irrumpió de camino a su casa. Aquel ser le dijo, «La catástrofe llegará después de contarlo» aquel ser de visión borrosa debido a la niebla le había dado una pista en la calle de la concordia a eso de las ocho de la noche, por lo que ni habiendo bebido ni gota, concluyó que no podía ser una alucinación pero lo que sucedería después no lo esperaría.

Tras los mismos pasos la noche de su santo, en Inglaterra, tres celebraciones cada cual más hermosa, intensa y llena de amor sentido, tenía un gran significado porque veneraba sus raíces y de ahí que ahora trabajara a cambio de decir la verdad que otros pretendían ocultar en su país. Pero una vez más, en la calle de concordia tras dejar a sus amigas en sus respectivos domicilios, paseando, una luz se abrió paso y ésta vez le dijo «Siete almas perecerán, siete cómo cuando a los siete viste aquello, y siete cómo la mirada de aquella mujer ese siete de enero»…

¿Qué quería decir con aquello? ¿Algo malo ocurriría? No estaba del todo seguro así que como en su trabajo también formaba parte el escrutinio de noticias y recerca de información, comenzó a leer sobre ese número siete. Y todas le llevaban a lo mismo: era conocido cómo el número de la suerte.
Habían otras informaciones pero aquella era el hilo conductor.
Entonces, sono el teléfono. Era su jefe que le encomendaba una nueva tarea. Todo gratis. Y es que sabía muy bien que todo éxito viene tras el trabajo sin remuneración pero comenzaba a escasear la comida y las salidas cada vez eran menos recurrentes. Cuando colgó, miró el reloj; eran las siete de la tarde. ¿Era una casualidad? Decidió comenzar a anotar durante un mes todos los sucesos en su vida, para hallar una conexión.

Pasado el mes: todos los artículos fueron enviados y publicados después a las siete de la mañana; luego se reunirse, todas las citas acababan a las siete de la tarde; tras varios intentos en que no fuera ese el número decidió ponerse en otro tipo de situaciones y en la cola del super todos los números de la vez sumaban un siete; y lo que más le impactó fue al comprobar en un concurso de relatos si ganaría, quedó en séptimo puesto.

Pero estaba tan obsesionado que decidió dejarse llevar y para ello, para no pensar comenzó a beber whisky por las tardes para perder la noción del tiempo. Estaba tan emborrachado que amanecía al día siguiente o varios días después. Hasta que al no poder recordar la información de su trabajo, decidió contarle lo que pasaba a su mejor amiga que vivía a cientos de kilómetros.

-Necesitas descansar. Eso por una parte. Y por otro lado, no eres ni serás el último que haya tenido una experiencia paranormal. Simplemente, déjate llevar. Cuando menos lo esperes, todo se resolverá… – le aconsejó su amiga Mariam

En los posteriores días , estuvo muy ocupado, se agenciaba los trabajos más difíciles, ayudaba a la gente, escribía y aprendía cosas nuevas, con toda la parafernalia que envolvía todo alrededor del número siete.

Hasta que después de reyes, una mujer de unos treinta y pico de años, le robó el corazón un siete de enero. Hacia todo cuanto podía por saber de ella, quizás Andreu comenzaba a pensar que algo raro pasaba, aquella mujer se parecía mucho a la mujer que falleció ante sus ojos cuando tenía siete años: una amiga de la familia, que vivía puerta con puerta en sus años mozos, cuando aún era un niño. Aquella mujer, se había casado siete veces y en ese momento recordó que no era la primera vez que el suceso del siete se presentaba en su vida. Entonces, decidió alejarse de esa nueva mujer aunque le doliera. Ya no compartían charlas en la oficina. En cambio ella, se interesaba más si cabe por él.

– Pareces abatido tio. Cada vez que Lorena te habla te vas de viaje. Si crees que no me he dado cuenta…

-¡Qué sabrás tú!

– Mariam me contó lo tuyo…

– Lojan, ya no sé qué más hacer, esto me está volviendo loco… – se hizo un mar de lágrimas al tiempo que le temblaba la voz

– Míralo de este modo: el siete podría ser la reverberación de que algo bueno debía pasarte. – hizo una pausa-: lo pasaste muy mal con la muerte de tu mujer.- acompañó sus palabras con una mano en el hombro- ya es hora que te abras al amor. Joder, si la vida me diera una nueva oportunidad con Andrea u otra mujer, créeme que no la desaprovecharia. Tómalo como un amuleto, un mantra, ¡Qué más da! ¿A caso no merece uno ser feliz?

– No lo había visto de esa manera… – dijo mientras se sorbía los mocos

Esa noche decidió hacer caso a Lojan pero lo iba hacer a su manera. Encargó 7 Rosas, para que se lo llevarán a Lorena un día siete , a las siete, el día siete de la siete de la semana, o sea un domingo, y luego la llevaría a un restaurante con el número siete «el posada» , y la besaría tras una bebida de siete grados con moderación y verían el amanecer, y a las siete de la mañana, le confesaría su amor por ella.

Tras todo cómo lo había planeado llegaba el amanecer y temía que algo malo sucediera.

-Te quiero, Lorena. – se acercó todo lo que pudo a ella.- lo supe desde el primer instante que te vi

– Pero bueno, no hacía falta tanto detalle para esto, ¿No crees?

– Que… ¿Qué quieres decir?

-Qué yo también te quiero, tonto. – le besó cuando el reloj de la iglesia de Santa María repico con sus campanadas- Siempre te he querido.

Andreu sintió que todo su mundo era tal y cómo había estado esperando.

Tres años después se fueron a vivir juntos. Y en una noche de celebración cuando salió a la terraza, una luz cegadora le dijo «lo has comprendido todo».

Esta vez no se enervó. Sintió que el universo estaba conspirando para que por fin tuviese lo que ansiaba.

REFLEXIÓN:

A veces, las cosas parece que guardan un misticismo del que somos presos. Sí bien, no creo en las casualidades, otras me parecen de lo más desconcertante. ¿Puede algo hacer que todo conforme un fin?

No lo sé, pero Andreu, el protagonista, ha sabido sacarle partido pese a su obsesión.

Dado que no voy a compartir que es lo que me ha sucedido si tengo que hablar de casualidades que no sé si tomar cómo algo a lo que acoger o simplemente pasar de ello.

Lo que sé es que todo llega. Para bien o para mal.

GRACIAS POR PASAR POR ESTE ESPACIO.

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Publicado por historiasconk

Soy Blogger desde hace algunos años en: El Rincón de Keren y me vuelvo a reivindicar con este nuevo blog, más personal.

5 comentarios sobre “La calle de la concordia – Relato

  1. Hola, Keren.
    Un relato muy reflexivo.
    Sobre todo con esa última frase: «Lo que sé es que todo llega. Para bien o para mal».
    Yo creo que tenemos poder de decisión y nuestra actitud ante la vida es más importante que dejarse llevar por el destino. Nos pasarán cosas chungas, pero siempre podemos salir de ellas más fuertes después de superarlas. Porque como dijo alguien: «después de la tempestad, siempre llega la calma».
    Así es nuestra vida. Etapas buenas y malas que se van alternando.
    Mucho ánimo y fuerza. Eres una guerrera.
    Un abrazo.

    Le gusta a 2 personas

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