Miel – «Relato Vivencial»

Se derrite con solo verle el cuerpo escultural, piensa en esos pectorales, en esa carita que por más que quiera, no podría decirle que no.

Escudriña su perfil, a veces hablan , unas le habla él y otras le habla ella. «Son dos almas que se han encontrado, en éste caos de mundo», piensa. Pero los días pasan. Una propuesta los une, para luego alejarlos.

Y cómo podría ser que le tuviera tan cerca y no hubiera nada más, se preguntaba ella. Él, estaba inmerso en su progreso y sus batallas. ¿Cómo iba a darse cuenta de que ella siquiera pensaba, no dormía por las noches o no comía? Se había convertido en su pasatiempo favorito, imaginarse con él en algún evento. Por mucho que quisiera, aquello nunca iba a suceder. Ella misma cabo su tumba, con sus miedos «Y si no soy lo suficientemente buena» «Y si me ve cómo una persona débil» «Y si se cansa de escribirme» se alejó ella, él lo aceptó y cuando ella quiso volver, él seguía en un trance espiritual del que tenía sanar heridas.

Para la buena verdad, ellos, tenían mucho en común. Ella se declaró, pero él no dijo otra cosa que «no estaba interesado en nadie» ella supo que no tenía nada qué hacer…

Los meses pasaron. Llegó el verano con una promesa que nunca se llevó a cabo. «Sí me necesitas estoy aquí» , el respondió «me va bien» y ella solo pudo dejar de mirar su perfil, sus selfies o sus reflexiones acerca del mundo que le rodeaba. Se había enamorado de su mente pero tenerle entre los contactos era miel que ahora le sabía muy mal.

Habían pasado muchos meses, podría pasar un año, y ni si daría cuenta de cuánto le gustaba.

En el final de año, observó que él había visto sus historias. Pero ella, no le habló. Bastante duro ya fue tener que olvidarle cómo para iniciar una conversación que no le llevaría a nada.

Fueron pasando los meses y con ello… El siguiente verano. Para florecer más fuerte, más segura y con más fuerza. Pero por ningún motivo iba a iniciar una relación o lo que fuera con un chico. Se sentía cómoda en su piel, época y estado, no sentía la presión de tener pareja, ni sentía nostalgia al ver a las parejas por la calle. Las películas románticas le aborrecían , y cada vez miraba más películas de acción. Leía más terror, o decidía cómo salir a la calle. Estaba como la miel, agradable a la vista porque sabes cómo sabe por dentro y sabes el sabor qué tiene.

FIN.

HISTORIAS CON «K»

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Publicado por historiasconk

Soy Blogger desde hace algunos años en: El Rincón de Keren y me vuelvo a reivindicar con este nuevo blog, más personal.

4 comentarios sobre “Miel – «Relato Vivencial»

  1. Buenos días, Keren.
    Precioso relato.
    Como dijo alguien, la vida es una sucesión de batallas que te va dejando cicatrices, pero que, conforme las vas combatiendo, te vas haciendo curtiendo y haciendo más fuerte.
    Bien por esa chica que supo pasar página. ¿Fácil? Nunca, pero su empeño le hizo saborear la victoria.
    Felicidades, un Abrazo.

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    1. Hola, Jose!! Exacto. Nos curten y aprendemos qué es lo que nos hace bien. A veces, encajar ser rechazado no le sienta bien a nadie, otros seguirán adelante sin mirar atrás o de encariñarán con los piedra, cómo se suele decir, en cambio, darse cuenta de lo que una /o/,e necesita también es sabio. Quizás, es el mejor regalo que se puede hacerse a sí mismo. Cómo comer miel. 😉

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