Cavilando, anduvo sin rumbo sin saber hacia dónde dirigirse, Daniel la había hecho hacer algo que no quería o que no esperaba entrar en sus planes.
Se sentó en un banco, mirando al vacío entre la multitud y el vaivén de los turistas.
-Pareces preocupa… -dijo una voz grave al tiempo que se giró para ver el rostro de golpe sacándole de su cavilaciones – Estoy aquí porque no me gusta que mi familia me diga lo que tengo que hacer…- hizo una pausa para sacar un cigarrillo entre el bullicio y prosiguió -: a veces, uno tiene que hacer lo que se le antoje – la chica no dijo nada. Más bien pensaba que aquel chico le estaba contando milongas que no le interesaban así que se limitó a sonreír forzosamente y siguió en su ensoñación…
Pasaron unos segundos y una lágrima se escapó fugitiva por la mejilla de chica.
-¿Estás bien? – preguntó el chico haciendo un gesto para ofrecerle un cigarrillo Ella negó.
-Es solo que me han obligado a hacer algo que no quería…
-No querías… -asintio cómo asimilando las palabras – a veces, esperamos una reacción diferente de las personas que nos tratan mal, a veces, creemos que nuestra sumisión, lograremos cambiar características de la otra persona que no nos pertocan… Así que creo que , esto es algo, que podría ser una decisión forzosa a una medida forzosa porque…imagino, esa persona te trataba mal… ¿Me equivoco?
– En efecto, Daniel, mi pareja… Rollo… Ehmm… No sé… Mi amigo, mejor dicho. Quería que me acostara con él. Y cuando me negué me insultó, me ridiculizó, lleva haciendo esto mismo, durante semanas, y yo… Sólo quería que fuera un acto consciente, algo… – estalló en llanto.
-Algo especial, ¿Verdad? – sacó un pañuelo de su bolsa y se la entregó. Ella la acepto. – Mira, lo que sé es que fuere cómo fuere, lo hiciste de corazón, si él no lo valoró, es su problema. Muchas mujeres creen que ellos por darles aquello que quieren cambiarán sus perspectivas hacia cómo las ven. Otras, se enamorarán perdidamente porque para ellas, amor y sexo van de la mano, y otras, cómo ellos, no están ligadas a lo emocional. – le puso una mano en el hombro,- creo que deberías decidir , por otro lado, si realmente crees que estás enamorada o solo es un amor pasajero… A veces, estamos tan obcecados en que nos quieran que nos olvidamos de lo que nosotros queremos. Daniel quiere sexo, pero … ¿Qué es lo que quieres tú?
– Quiero… Quiero… -gimoteo… – Quiero sacar de mi vida a ese capullo, no le quiero, una persona que solo se mueve por impulsos sexuales no la quiero en mi vida. – se echó las manos al rostro cubriéndose ojos y boca y cuando por fin recobró el aliento… El chico ya no estaba.
Sintiendo alivio, por haber dicho y desvelado lo que realmente sentía, comprendió que no valía la pena derramar una lágrima más por aquel desalmado.
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