¡Bienvenidos y Bienvenidas a todos todas y todes! En este jueves os dejo ésta prosa sencilla para degustar.

Soy testaruda, camino y cojeo, soy intensa, soy llorona, entre mis excentricidades, hablar sola se ha convertido en mi pasa tiempo; soy inquieta , cafetera, fumadora, de todos mis vicios, lectora insaciable; bebo de la escritura, me ilusionó con una caminata por el campo, adoro las películas, pero no las series; en casa soy un torbellino, de aquí allá y hago ruido con las zapatillas en las noches silentes; encuentro la noche lo inusual y atractivo, deducible para la lectura, mientras sorbo el café con ruidito molesto.
Quisiera ser silenciosa, y no hacer ruido mientras mastico, para eso está la televisión. En pos de los problemas, muestro impulsividad, acción y resolución. Mi ánimo yo sola, me animo sin tenerlas todas conmigo, peco de seguridad, y me vengo abajo, a la inseguridad. Encamaro los problemas, solventados o no, soy un nido de emoción, enjambre de pensamientos, río de preocupación, que solo amanso con unas palabras y la letra en el ordenador.
Quise una palabra tuya, pero la demora hizo y creó el estallido del Kaos. Murmullos a la incertidumbre, risas al que no sabe y prejuicios a los que intentan adivinar.
Miedo al miedo cuando intento ir de mí para tí. Ya no hay café, ni confianza que exista capaz de ensamblar cada pieza a la desconfianza. Miedo a querer que me quieran, a no saberme en los ojos que me jugosos, ven cómo abalorios el ser de mi alma.
Y grito, lloro, escapó y retorno en la noche a la preocupación.
El café, ya no es café, las letras me saben a sal, el olor de la tinta es la única que me orienta. Y en este bomaboleo de de lo que soy, no soy, quisiera y lo que tú ves, me escribiste unos versos.
En la posdata de mi corazón, grabado, rezaba: RAMÉ.
XXXXXX HISTORIAS CON «K»