«J» de Poesía: Juego Tabú – Historias con "K"

¡BIEVENIDOS AL MES Y DÍA DEL AMOR!

Ya va otro año, lo he vuelto hacer. Me he dado placer a mi misma y me ha encantado. Me encanta cada centímetro de mi piel, donde cicatrices y voluptuosidad comprenden el juego del amor, mediante mis caricias.

Ésta vez me ves, me miras con deseo y comienza el juego.. pero debes saber mí orígen…

…De las profundidades vengo, algo divino y difícil de explicar. Algo tergiversado y difícil de dominar. Con carácter y con fuerza, con deleite y sabor. A veces, me dejo llevar por las emociones que me llevan en este vaivén de subes y bajas donde la armonía de mis sentimientos soluciona las dudas si quiero ser, si logro acertar la combinación perfecta. Imperfecta pero finita, azarosa y garbosa a veces, demasiado pretensiosa para los ánimos que están cayendo, quiero verme en ese reflejo ególatra del que solo yo, y mi imagen puedo dar de mi cuanto yo quiero, y me lastimo punzando para poder sobrevivir. Solo una lágrima, solo una espina, dame aire para vivir esta tormenta que, de amor, no sé.

De lo prohibido he nacido, con piel tostada a mis vicios tabú, por mi sexo virtuoso y a veces hasta ilusionado de las mentes más perversas en cuanto a relaciones, soy el deseo y la tentación, lo que no se puede tocar, mencionar o desear. La lujuria late en mis senos y mis curvas exaltan el movimiento de la respiración, para devenirse en los placeres de venus para aquellos imaginarios donde mente y sexo, se retuercen extasiados con solo rozarse, mirarse u olerse, escucharse o lamerse.

Del pensamiento sucio, ¿Cómo sino? El pecado capital y por el que nadie da ni la peseta dejan hombres o mujeres de latir de amor para darse a la lujuria y el libertinaje. ¡Harta digo! Soy magnificencia de mujer, con mis curvas prohibidas, mi escote pronunciado en unos senos que se transparentan, de pantalones ajustado que marcan mis glúteos y exagera mi contoneo.

La delicadeza no solo está en los zapatos de aguja, sino en la puesta en escena, en el movimiento, en la seguridad, en esas miradas mantenidas, en el saludo y la media sonrisa pícara, que anuncia la posibilidad. Pero cuidado, eso no quiere decir que ya lo tengas todo ganado ni que una mujer este a tu servicio pues, aunque sea tabú, no me doy a la de primeras. Deberás jugar y mostrar tus cartas para que en un juego de azar, así como de estrategia, cada uno puedo hacer y dar farol a esta aventura del conocerse, ¿Te atreves a jugar a tabú?