Mi Otoño -Mis historias

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MI OTOÑO:

Del otoño aprendí, que sus hojas caen cual lágrima salada en mi mejilla, el frio cala como las emociones dolorosas que un día se instauraron en mi alma. Donde un palabra es sellada, por el eco de un vendaval que anuncia su llegada.

De las estrellas, hija de la noche, comprendí que la calma llega no solo de noche, sino tras una conversación a moco tendido y un café que se enfría, con lo helado de nuestras palabras. Casi como granizo chocando contra una roca, sentirse de otro planeta, ya no es algo que vea diferente, pero sí imposible de expresar cuando todo llega de repente.

A las malas situaciones, ha habido una letra sanadora, otras una voz desgarradora, que donde quiera que haya reunido el valor para seguir tras un acto tan infame, se amistad , sea amor, hoy hay una lucha… la lucha contra mí misma.

Donde es posible que el cabello si no es abundante, no sea bello, si no hay un cuerpo delgado o flaco, no es de encaje, donde una queja es infravalorada, donde una lucha por sentir lo que realmente es tuyo y te hace feliz es una odisea. ¿Donde estoy? ¿Me quieren o me quiero? ¿Me gusta lo que hago o es solo un reflejo de la sociedad? Frente a mi este vendaval de preguntas yacen por debajo en una piel a prueba de evaluación donde ser, es un constante demostrar. Ya no se trata de quien te hizo de menos, ahora se lucha, por hacer mía esto, con lo que disfruto, con lo que me regocijo.

Del calor del día, no solo aprendí a dejarme ir fuera de la sombra, por todos lo medios, pese a que no relucía la plata, pese a que la hormiguita cargaba su peso, en un charco ha tropezado. No es bueno ni malo, está mojada y hay que entrar en calor. El es el sol, pues dueño de los días de añoranza en los que se extraña sus emociones.

De la lluvia, un día de despiste, entendí, que mojarse es la calma, es lo locura de ver a la gente corriendo frenéticamente para resguardarse. ¿Has observado a la gente mientras llueve? Caminando sola, sin paraguas y viendo el vaivén de la algarabía. Comprendí mi verdadera calma. La quietud de mis emociones y algo nuevo descubierto.

Llorar, una gota y otra, confundirse con la naturaleza y exhalar después del llanto, una sensación de bienestar inconmesurable que indica que se ha llorado bien, por lo de hoy, lo de ayer y lo que vendrá. Pero poder expulsarlo, es bien…

Mi otoño no es tranquilo, pero tiene su belleza lúgubre, los días de lectura y los paseos en busca de esos ratitos de sol, donde la calma y el frenesí, se confunden en un mar de preguntas que se resuelven y otras que están por resolver.

Como siempre ya sabéis que me gusta leeros.

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Historias con «K»

Publicado por historiasconk

Soy Blogger desde hace algunos años en: El Rincón de Keren y me vuelvo a reivindicar con este nuevo blog, más personal.

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