¡BIENBVENIDOS A HISTORIAS CON «K»!
Si no conoces esta sección consta de fotografías acompañadas de un texto. Pero esta vez voy hacerlo como lo hago en los diarios que pronto escribiré un trocito de esas páginas de diario en el blog.
Soy, porque tiempo me ha puesto en este lugar. Estoy porque mi sombra me muestra mi silueta. Sigo aquí porque respiro, y hago, porque en cada paseo, respiro. Si respiro porque un día dio un soplo de estrellas mi madre y me parió. No niego que fue difícil nacer sin permiso, pero más difícil sería explicar, porque no existo y porque cada trozo de esta habitación, de las vidas que conozco, no tienen esa parte de mi. Escribo. Fotografío. Porque la vida es un suspiro que entendemos cuando es demasiado tarde.
-YO SOLO MUESTRO. PARA HACER A LA REFLEXIÓN DEL DIVAGAR, ESE RAZONAMIENTO QUE PARECE NO ENTENDER-


Soy ese instante que busca la sombra cómo lagartija buscando un trozo de azul. Buscando el silencio de las calles, sintiendo la brisa que con el calor, siente el resplandor de un nuevo día. Dichosos los ojos, de ver por fin las tierras lejanas, dichosos los ojos pues ya ha pasado un año. Si pensabas que no lo resistiría, te digo que siempre pensé que el mirar del azul, sería la última dicha. Sonrío vergonzosa por la cantidad de emociones después de revisar. Soy ese aire fresco que aun conserva una tarde a la sombra para la lectura, ¿Me acompañas?

Siempre pensé que el azul que no veía en el cielo tras tanto invierno serían los de ese azul andaluz en su Mediterráneo y me equivoqué. Anduve, y quien tuvo retuvo, ese azul está en las calles que rezuman en los rostros que ahora, vemos cubiertos y me pregunto cómo ha sido que ahora la visión sea distinta, cómo es que la idas y las venidas son cada vez más propensas a los bajones por esta nueva normalidad. Yo me voy a la calle, a las ramblas, gentío, sol, diversidad y distintos espacios pintorescos. Lo sé , me he ido por las ramas, y es que no puedo estar sin ese color tan ansiado. Lo tuve en el sur y lo vuelvo a vivir. Donde, pecan de los momentos brillantes y los espacios abiertos. Pero… ¿Dónde están esos cielos?

Donde hubo historia hay un camino, tal vez un carril, bueno o malo, pero hay una historia que nos hace mirar alrededor para observar y ese cielo no cubre hasta el cogote. Sí, miramos al cielo para mirar hacia adelante, para olvidar el frente, para despojarnos de lo interior, para exhalar y sentir los rayos del sol. Será en un paseo, será en un pensamiento, será ese señor que lee en medio del sol resplandeciente unas calles más abajo. Si mi abrigo me sobra, y el corazón, danzarín hace de las suyas, volvemos a la sombra para apreciar mejor la brisa. Pero no me doy por vencida, el lugar perfecto está por aquí, puede que para algunos no lo sea, puede que sea de lo más insignificante, pero es que ahora que estoy tan cerca del seno he aprendido lo importante que añoré y lo que ahora tengo aunque sea desde una instantánea. Lo intento, lo hago, unas veces mejor, otras veces fatal. Los pasos, cómo buena paticorta, cortitos y los sudores a mares. Y es que el verano hace su amago a las nubes y el sol. ¿Qué fue de esa la lluvia?

El cobijo de la sombra, acecha para una lectura que no se hace. Se hace con la tranquilidad del mar. Ese azul, calma, paz, sosiego, pureza, liberosis. Además, si lo acompaño de música pareciera que se conjuga un baile que no he preparado. Solo hay que ver cómo nos pone rumbo los barcos, los yates, los veleros … ¿A caso no somo marineros en esta vida buscando ese azul? El de los veranos, el del buen tiempo, el de lo nuevo para una nueva locura, el del nuevo amor, el de las promesas entre amigas … azul …





…pero los secretos no se cuentan, y donde hay belleza hay un lugar secreto para cada una, para cada alma solitaria que soporta cómo puede la soledad. Anduve, sin pensar demasiado. Porque sé que estos ratitos de soledad elegida, es un cuidar desde lo más hondo. Donde luz y oscuridad se funden. Sé lo que soy, lo que sé pero quien sabe qué, hoy soy un poco más feliz pues siempre un azul, son como flashes u oasis donde realidad y ficción, nos confunden y nos aligeran. Esas caminatas… ME SALVAN.

Gracias por leer y visionar,
Gracias por visitar…
HISTORIAS CON «K»