Cuento: La Princesa Awa

 

Me he tomado la libertad de escribir un cuento que quizás sea bueno. Pido a los papás y mamás revisen el texto por si quieren leérselo a sus más pequeñas. 

Espero de todo corazón les guste el cuento y la ilustración. 

Prefiero que seáis vosotros quienes digan.

Ser guerrero no reside solo en la lucha, también hacer lo correcto

La Princesa de Otawa

Kate acaba de finalizar la jornada escolar y vuelve a casa arrastrando los pies. No le gustaba demasiado como le trataban las compañeras del colegio, además, se sumaba también los días en que pronto tendría que cambiar de la EGB a el Instituto. Para Kate el colegio no era divertido. Le costaban las matemáticas. Durante la clase intentaba prestar toda la atención que podía pero había llegado a un punto en el que parecía que no tenía solución. Le gustaba mucho jugar con el barro a la hora del recreo, correr, jugar al fútbol cuando hacían guerras entre chicos y chicas, y a veces imaginaban que iban a ser famosas entre ellas pero, desde hacía ya algunas semanas, parecía que las compañeras no querían saber nada de ella.

Llegó a casa pensativa mientras subía las escaleras de caracol que la llevaban a su casa. Abrió la puerta, pegó un portazo ya que a la puerta le costaba cerrarse debido a la cerradura vieja que no podían cambiar. Dejó la mochila encima del sofá, y puso música mientras iba a la cocina a ver qué le había dejado preparado su madre para comer. Al abrir la olla, vio las verduras del día anterior y como no tenía mucha hambre pero la música le animaba mucho, bailó todo lo que quiso en el comedor. Movía el cuerpo, las piernas y hasta el cabello. Era lo que más le gustaba del medio día. Al llegar su padre, él apagó la música y tuvo que irse a la habitación a seguir con su fiesta particular.
Otra cosa que le fascinaba a Kate eran los libros. Si no recordaba mal, en la hoja que les habían notificado, decía que cuando fueran al Instituto tendrían que leer muchos libros. Por lo que sin darle demasiadas vueltas, le dijo a su padre que se iba a la biblioteca una vez llegó la tarde.
Cuando llegó a la biblioteca aquella tarde, no había ni un alma. Solo la bibliotecaria y una ligera melodía que embriagaba el lugar de calma y serenidad:

-Hola Kate, ¿Sabes que me ha llegado un libro muy especial?
-Hola Mirna, pues entonces enséñamelo. Sabes que tengo que leerlo.- Dijo en un tono burlón aunque en realidad no podía sacarse de la cabeza porque sus amigas no le hablaban, ni tan si quiera comprendía como últimamente, le salía todo tan mal. Pero Mirna, muy audaz, se había fijado en su aflicción de ese día y en un tono amable le dijo
– Se que te gustará y por eso creo que está hecho para ti pero debes estar atenta. –dijo misteriosa
– ¿A qué te refieres? Yo siempre lo estoy. – dijo mientras Mirna le prestaba el libro y le entregaba la tarjeta para que pusiera su nombre. Una vez escrito, Mirna le guiña un ojo y desaparece entre las infinitas estanterías de la enorme biblioteca.

Kate recoge el libro y se va a un lugar más tranquilo para leer. Las palabras de Mirna han hecho que quiera comenzar el libro en ese mismo instante por lo que elige un lugar apartado de la biblioteca y se sienta mientras la melodía sigue sonando.

“Awa, es una princesa testaruda, contestona, de alma libre y un poco ingenua que deberá ocupar pronto el lugar como Reina de Otawa debido a la enfermedad su madre y padre.
Durante los siguientes días previos a la iniciación deberá aprender los principios por los que vela la tribu: Honestidad, Piedad, conocimiento, Astucia y caza.

La primera prueba consistió en resolver los problemas que los pueblerinos que venían para que los se los resolvieran. Había una disputa entre el ganado y la colecta:

– Verá, sus animales se comen mis cosechas y en consecuencia yo no quiero que tenga sus animales cerca de mi cosecha. Él dice que los animales deben vagar libres. Pero ya estoy harto. ¿Awa, qué debemos hacer?

Awa, que le había tocado practicar sus futuros actos, pensativa, los miró recordando las palabras que su mentor le había dado. Los miró seria y serena y les espetó:

– Lo que puede hacer es construir una verja para que las gallinas no salgan del recinto.
– ¡Es verdad! No se nos había ocurrido.

Satisfechos fueron y construyeron una verja como les dijo Awa.

A simple vista parecían un problemas fáciles de resolver, sin mucha complicación o importancia pero cuando los pueblerinos se fueron, Ton, el mentor, le dijo:

– ¿Sabes por qué debes hacer esto verdad?
– No se para que necesitan mi ayuda. Se les podría ocurrir a ellos.
– Awa, en toda sociedad debe haber armonía y calma. Y para eso estás. Les proporcionas la calma que ellos mismos a veces, no pueden conseguir.
– ¡Vaya tontería!
– Lo comprenderás cuando cumplas la edad y llegue el momento.

La siguiente prueba fue un caso que hizo que Awa estuviera en un grave aprieto:

– Mire, le advertí que no lo hiciera más pero roba los huevos de mis gallinas todas las mañanas y sale corriendo. Es una mala persona. No quiere cosechar. No ayuda en las labores y no hace nada. Debería ser excluido de la tribu.
– ¡No, no es eso! – dice el acusado.

Awa no sabe muy bien qué hacer. Observa al acusado y mira al que le culpa. Realmente creía que era demasiado poder como para que ella tuviera que decidir. Pensó que debía excluirlo de la tribu pero recordó de pronto uno de los pilares, la piedad:

– A ver, ¿Por qué le robas los huevos a tu vecino y hermano?
– La verdad es que mi única gallina murió, mi madre está muy enferma y mi padre también, no tengo qué comer. Tengo que dar de comer a mis hermanos pequeños.

A Awa se le encogió el corazón e hizo lo que creyó conveniente.

– Entonces… – dijo pensativa- Ordeno que una vez por semana, se le sea concedido una docena de huevos e indispensables por usted ya que este pobre chico, y hermano tuyo, no tiene con qué sostenerse.
El pueblerino protestó pero a eso no le ganaban a Awa y con un gesto hizo que se efectuara lo dictado. “

Kate miró el reloj y como era la hora casi de la cena, se llevó el libro para casa corriendo sin despedirse de Mirna.
Llovía a cantaros. Se mojó tanto que tuvo que resguardarse unos instantes a dos manzanas de su casa y como Mirna le había dicho que era un libro muy especial, siguió leyendo:

“Awa estaba harta de las pruebas. Pero había aprendido muy bien las pruebas.
Mientras hablaba con su madre esta despotricaba hasta que le contó a su madre el caso del chico que no tenía qué comer. Su madre que era muy sabia se había dado cuenta de que le había afectado y como madre le dijo que en realidad no solo había resuelto un conflicto sino que había ganado un amigo.
Awa iba a cumplir los quince años la semana siguiente y seguía cazando y realizando pruebas de fuerza que no entendía muy bien porque ya que nunca había habido guerra en esa aldea. Su madre le advirtió que si entraban en guerra, debía de estar preparada y su padre guerrero y jefe de la tribu era lo que más ansiaba. Que se convirtiera en una fuerte guerrera.
Aquella noche en la aldea llovía muy fuerte y la salud de su padre estaba tan delicada que finalmente en medio de la noche este falleció y Awa quedó triste y desolada.
Ton, encargado del cuidado de Awa, no la dejó flaquear e insistió en los ejercicios de fuerza, de tiro con arco, caza animal, camuflaje y todo lo relacionado con la tribu.
Pronto llegó el gran día y Awa había aprendido bien los deberes pero la tribu cayó en guerra y por un conflicto de posesión de tierras. Y Awa que había aprendido con el tiempo a amar su pueblo, pronto sintió que debía luchar contra aquel fatal suceso. Pero Ton, aseguraba que no estaba preparada.

Mientras una mañana Awa escondida entre los arbustos se camufla, y previamente habiéndose maquillado la cara, como hacían hasta los que más tiempo llevaban, observó un ciervo y con el arco silenciosamente lanzó una flecha y lo mató. Esperó unos instantes como le habían enseñado y al acercarse puso la mano en el corazón del ciervo en señal de piedad y rezó una oración con los ojos cerrados. Silencio. Luego lo cargó y se lo llevó a la aldea.

Ton y Emba hablaban. Ton asegura que en realidad es una estrategia para que Awa tome conciencia de su pueblo herido y latiente. Emba, su madre cree que deberían luchar pero también tiene miedo de que no sea capaz de llevar un ejército ella sola. Lamenta no estar más sana.

Awa, despelleja el ciervo y vacía  sus órganos. Luego lo limpia con cuidado y esmero. Y acude a la cabaña. Oye un murmullo entre Ton y su madre y el silencio se apodera de lugar al entrar y avisar de la comida.”

Kate observa que la lluvia ha amainado y cierra el libro. Sale corriendo todo lo que puede hasta llegar a casa.

 

Al dia siguiente. En el colegio a la hora del recreo ve como dos compañeros discuten e intenta ayudarles. Kate piensa <<¿Qué habría hecho Awa?>> y como mejor puede, siguiendo los pasos su heroína resuelve el problema. Entonces, una niña la llama y comienzan a jugar en el barro.
Durante toda la semana, Kate hace como Awa hubiera hecho en el libro.

Aquella noche, no tenía cole y Kate siguió con el libro:
“Ton las miró a las dos por separado. Primero miró a Emba con una mirada llena de amor y decisión y después a Awa y dijo:

– Debes guiar a la tribu hacía la guerra que se le librara debido al inútil intento de persuadir los Ñeng de que no intenten invadirnos. Es una nuestra tierra, nuestros animales, nuestra gente, y sobre todo, nuestra vida.
– Lo sé Ton,- dijo Awa- Sé que voy a luchar bien. Me has enseñado todo lo que mi padre te enseñó tan bien. Estoy lista.

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‘Awa’ Ilustración propiedad de Historias con «K»

Emba miró a su hija y lo vio claro, un hilo resplandeciente, se instauró de pronto en señal de que había llegado el momento. Su hijita, ya no era una niña. Entonces emba dijo a Ton que antes de la guerra iniciara a Awa. 

El ritual salió como todos esperaban. Excepto por algunos que no creían que Awa pudiera ganarse completamente el afecto de la tribu. Toda la aldea fue invitada. Festejaron, comieron, bebieron y cuando parecía que todo iba bien, una mala noticia llegó. Los Ñeng habían amenazado con atacar, por lo que decidieron irse a dormir temprano y descansar para atacar por sorpresa.

Finalmente se libró la batalla y la tribu ganó. Awa se ganó el amor de la tribu pero al llegar a la aldea los guerreros y guerreras….”

Kate pasó la página y no había nada más escrito. No podía creer que en el libro que Mirna le había dicho que era tan especial no hubiera más que una historia cortada. Estaba enfada. Tanto que en medio de la noche se escapó y fue a la biblioteca a averiguar porque le hacía esto Mirna a ella. Entonces pensó que tendría que haber una segunda parte y si la había, quería y debía leerla.
Kate recorrió el pueblo todo lo deprisa que pudo antes de que cerraran y efectivamente, estaba abierta. Entro de un revuelo. Buscó a Mirna y le dijo que había hecho con el libro, agitada , le dijo qué cómo le había dicho esto y esta le contestó:

– Así que el libro no está terminado… – dijo como si no lo supiera.- Mira, tengo aquí la continuación, toma.

Kate lo tomo y se fue a casa antes de que sus padres se preocuparan.
Al entrar en la habitación a oscuras encendió la luz del escritorio, se sentó y abrió el libro que solo contenía un párrafo en todo el montón de hojas que había y rezaba así:

“Este es un pasaje que Awa al igual que tú, ya habrá recorrido pero al igual que las aventuras que has vivido con ella, Awa tuvo que aprender sola las adversidades de la vida, así que yo, tu bibliotecaria Mirna, y quiero creer que tu amiga, te propongo una cosa, que escribas tú tu propia guerra y que luches con todas tus fuerzas por preservar todo lo que anida en tu interior, pues eres una buena persona a pesar de tu carácter, como Awa. Este es el inicio de una guerrera que no conocías. La guerrera Kate”

 

¿Fin?

 

 

Publicado por historiasconk

Soy Blogger desde hace algunos años en: El Rincón de Keren y me vuelvo a reivindicar con este nuevo blog, más personal.

9 comentarios sobre “Cuento: La Princesa Awa

  1. ¡Genial Keren!

    Una doble narración que parte del amor a la lectura y a la propia escritura. Has sabido conjugar de una manera muy bella, dos historias y fundirlas en una sola.

    De niño pasaba horas en la biblioteca de mi barrio leyendo y buscando libros de aventuras y de misterio. Hoy al alcance de un click, tenemos un universo literario por descubrir. Pero siempre recordaré ese olor a biblioteca y a los libros de papel que tan mágicos son. De hecho sigo visitando librerías y bibliotecas bastante a menudo.

    La película ganadora de los Goya, La librería, habla de ese profundo amor a los libros.

    Un gran cuento Keren, lo tomo casi como un regalo.

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Miguel!
      Yo también a la biblioteca. Solíamos hacer visita casi como ritual cuando vivia en Barcelona. Lo hecho de menos. Te imagino tan pequeño curioseando todas las estanterías jeje!! es bueno inculcarlo a los niños, no solo para viajar, también para aprender a expresarse mejor, localizar con agilidad lo que uno siente y piensa. Luego, el sentir esa emoción al encontrar a tus personaje favoritos. De hecho creo que es de lo que más se recuerda.
      Me alegra que te haya gustado. Con todo lo que lees, valoro que hayas podido leer este cuento.
      Un gran saludo y gracias, el regalo me lo has hecho tu también a mi.
      Feliz semana!!

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  2. ¡Hola Keren!
    Wow! me ha sorprendido gratamente. ^_^ Me ha gustado mucho. Sobretodo, la manera de narrarlo, la doble historia. Hace que vivas más el relato. Es de lectura rápida y fácil. Eso a los niños les encanta.
    Además, el mensaje que transmite es bastante actual, son situaciones que todos de más jóvenes hemos pasado con las amistades.
    Por otra parte, me agrada el amor a los libros que tiene la protagonista.

    En resumen, me ha agradado bastante porque es una historia que cualquier niño o niña se puede ver identificado y es muy ágil de leer.
    ¡Enhorabuena!!
    Un abrazo!

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    1. ¡Hola Mireia! Si te digo la verdad, tuve una semana algo indecisa como exponer la idea, creo que excepto por algunos fallos que ahora creo que son mejorables está perfecto. Yo también creo que encaja muy bien tanto para niño, como para niña. Y creo también que los papás y mamás pueden modificar y moldearlo algunos parrafos. Disfruté mucho escribiéndolo y también realizando la ilustración.

      Me alegra que te haya gustado, lo que más me preocupaba era la extensión del cuento. Tenia miedo, pero me ha tranquilizado tu comentario.
      No descarto más adelante intentar otro. En serio, disfruté mucho. Y ahora aun más al ver que hay gente que le gusta.
      Gracias por pasarte y darme tu opinión, te lo agradezco, Feliz semana!!

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